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Con el corazón puesto en un nuevo libro

Está a punto de aparecer mi libro número ocho. Es, además, el tercer volumen de este apasionante proyecto que un día decidí materializar, cuyo nombre ya conocéis: hablo de la Serie Apocrypha, Diarios de un Cazador de Misterios.

Mis grandes temas, en cuanto al mundo del misterio, siempre han estado coqueteando alrededor de dos cuestiones. Por una parte, el asunto de los ovnis, materia que me tiene el corazón robado desde que prácticamente tenía quince años. De hecho, como habréis observado los que me leéis, los dos primeros volúmenes de la serie, Ovnis y contacto, y Muerte y Mutilaciones Extrañas de Animales, giran en torno a este apasionante enigma. El tercer volumen, que como vengo anunciando desde hace un tiempo verá pronto la luz, también abarca otra interesantísima vertiente del fenómeno de los no identificados. Exploro en él el intrigante mundo de las abducciones, partiendo de un complejo caso que llevo investigando desde hace algo más de un año, y cuyo estudio me ha hecho recapacitar acerca de muchisimas cosas... y tengo que reconocer que durante el transcurso de esta larga investigación he llegado a experimentar incluso miedo. Las pruebas, las regresiones hipnóticas realizadas a la testigo y otros aspectos de este dilatado "sumario" han sido para mí tan claras, tan abrumadoras, que han hecho que llegue a posicionarme en el parecer de que el fenómeno ovni está muy lejos de ser beneficioso para el ser humano. Pero todo a su tiempo.

El otro tema, "mi" otro tema, es el de la Arqueología; pero no la Arqueología al uso que se enseña en las aulas universitarias, sino esa "otra" Arqueología, siempre cuestionada o simplemente negada sin más, que hace referencia a los grandes problemas que representan las evidencias halladas hasta ahora a lo largo y ancho del planeta.

Sí; me parece oir las risas de los escépticos.

No importa.

Hay tal cúmulo de evidencias, y algunas de ellas tan aplastantes, que se me hace mucho más ridículo, en ocasiones, observar ese ímprobo esfuerzo que se hace desde el mundo académico por conservar el actual estado "oficial" de las cosas en vez de abrir las puertas, aunque sólo sea tímidamente, a otras posibilidades. Por fortuna, al igual que otros estudiosos "no ortodoxos" -a menudo sinónimo de "non gratos"- de esta fascinante materia, yo no tengo una Cátedra que perder, un estatus que conservar o una reputación como renombrado arqueólogo que continuar alimentando. Sólo me interesan los hechos, y especialmente aquellos que, de una u otra manera, puedan dar una explicación alternativa a determinadas cuestiones en las que, al parecer, continúa atascado desde hace muchos años el "oficialismo".

Y en ello estoy ahora, mientras voy ultimando la redacción del tercer libro de la serie. Porque, aunque aún tenga que dividir mi tiempo entre los siempre fascinantes "no identificados" y estas facetas "alternativas" de la Arqueología, mi corazón ya planea sobre los mitos, las leyendas y muchos, muchísimos enclaves de tierras catalanas que, afortunadamente, también he empezado a visitar.

Mucho trabajo, eso sí, tanto de "bata" como de "bota".

Por lo pronto, y ante próximas entradas en este blog, sólo me queda advertir a los lectores que proyecto al menos dos -que quizá se conviertan en una trilogía- volúmenes sobre el tema, y que esta nueva investigación, aunque pausada, promete ser, sencillamente, apasionante.


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